
08 Dic Bienvenido a Oaxaca
Tradiciones. ¿Cómo empieza una tradición? Supongo que será la repetición de un suceso durante un largo período de tiempo.
Supongo que también depende de las creencias religiosas o de la historia. Eso hará que unos países tengan unas tradiciones y otros tengan otras.
Pero sin duda alguna, lo que vi en este lugar está dentro de las tradiciones más sorprendentes que nunca he visto, ni vivido.
31 de Octubre, en Estados Unidos se celebra Halloween, en México, el Día de los Muertos.

No en todo el país se celebra igual, nosotros queremos ver la esencia, alejarnos un poco de lo turístico y disfrutar de este día como si fuéramos uno más.
La decisión no fue fácil, más bien todo lo contrario pero si queremos disfrutar de este día tan especial nos teníamos que ir lejos. Más o menos a unas 7 horas de viaje con destino Oaxaca.
El estado más grande de todo el país, en el lado sur-oeste de México tocando con el océano Pacifico. Famoso por sus playas, por sus recursos naturales y por la celebración del día de muertos.
Un viaje nocturno que nos hizo despertar en Oaxaca. Solamente llegar ya se intuía ambiente de fiesta, en la estación de buses había altares improvisados llenos de ofrendas y flores, las calles se veían decoradas con motivos dedicados a este día tan especial y para hacer tiempo hasta la noche, decidimos hacer un tour para conocer más sobre la zona.
El tour es bastante completo, para empezar visitamos la zona arqueológica de Mitla, con restos arqueológicos de origen zapoteca.
La curiosidad de este lugar es la forma que tenían de construir las casas, dicen que utilizaban como método de decoración los cráneos de las personas enemigas o incluso, que los huesos eran utilizados como cimientos para construir los templos.
En la actualidad se pueden ver las tumbas subterráneas donde enterraban a las personas importantes de su época, pero ni rastro de las calaveras.
Dejando a un lado la leyenda, pienso que es un lugar bastante curioso de visitar. El recinto es pequeño y en menos de una hora ya puedes disfrutar de otro de los lugares de la zona.

Seguimos camino y nos metemos en las profundidades de la selva para llegar hasta una zona de las más impresionantes que he visto.
Justo encima de un acantilado mana desde el interior de la tierra un agua a 24ºC. Pero lo mejor no es el manantial, lo más increíble son las vistas.
Unas vistas kilométricas de verde selva y más selva mientras estás disfrutando de un baño en aguas termales.
El lugar se llama Hierve el Agua y en mi opinión es uno de los recursos naturales más bonitos que he visto en el país.

Solo por visitar este lugar ya merece la pena hacer el tour y eso que aún nos queda hacer una cata de Mezcal.
El Mezcal es una bebida alcohólica muy típica de la zona, se obtiene de la planta del Maguey o Agave y se toma principalmente como digestivo.
La última visita fue a una mezcalería donde fabrican su propio tipo de Mezcal. Allí nos hicieron una cata de más de diez tipos diferentes, algunos estaban mezclados con sabores de piña, tamarindo o piñón.
Pero sin duda el que más llama la atención es el que viene con un gusano o un escorpión en su interior.
Y así llegó el momento por el que nos hicimos tantos y tantos kilómetros, el momento de vivir desde dentro el famoso día de los muertos.
Hay que aclarar que México es tan grande que dependiendo de la zona se celebra de una forma u otra.
Aquí, en Oaxaca lo tradicional es ir al cementerio.
En este día tan especial, los familiares de las personas fallecidas se acercan al cementerio, se sientan alrededor de las tumbas y preparan una cena con los platos favoritos de esos familiares que ya no están.
Lo curioso y lo más llamativo es el ambiente de alegría y fiesta que se respira allí, para nada es un lugar triste lleno de llantos. Todo lo contrario.
Las familias después de cenar empiezan a beber, hay familias que contratan a pequeños grupos de música para que toquen las canciones favoritas de sus seres queridos.
Algunas personas nos ofrecían comida para que también probáramos esos platos que habían cocinado.

Fue una experiencia increíble, hacer de un lugar tan solitario un sitio tan acogedor.
Lo mejor es que la celebración no acaba aquí, después de la cena los más jóvenes se disfrazan y hacen un pasa calles al ritmo de la música para decir que no tienen miedo a la muerte, para reírse de la muerte.

En este viaje estamos viendo y viviendo todo tipo de tradiciones, cultura, gastronomía, etc… y ahora toca el momento de disfrutar de la naturaleza y de las playas del océano Pacifico.
Nos han hablado muy bien, todo el mundo nos recomendaba venir a estas playas, pero lo que no nos dijeron es lo difícil que es llegar hasta ellas.
Oaxaca, a pesar de ser el estado más grande es la segunda región más pobre de México y eso se nota en las comunicaciones, en las malas infraestructuras que tienen y que hacen que necesites unas siete horas de viaje por caminos de curvas entre montañas y acantilados para llegar hasta sus playas.
Pero cuando llegas todo cambia, el camino queda atrás, ahora todo queda entre el ruido de las olas llegando a tierra y el sol poniéndose en el horizonte.

Tranquilidad, el tiempo pasa más despacio, las preocupaciones y los pensamientos se dejan a un lado, todo se transforma en alegría y diversión.
En uno de esos momentos pienso que es la primera vez que veo el océano Pacifico, el agua está muy caliente y recuerdo el frío que pasaba en las costas de Portugal.
Zipolite por la mañana, Mazunte por la tarde y justo antes de despedir el día ir a Punta Cometa.
20 minutos en una pequeña camioneta nos llevan hasta la falda de un acantilado, sigues el camino sinuoso entre bosques y casas hasta que llegas a lo alto de aquel pequeño paraíso.
Llegas, te sientas, y escuchas como las olas del mar chocan contra las piedras mientras ves como el sol se transforma de color.
El amarillo deja paso al naranja, luego viene el rojo como telonero de un negro oscuro que da la bienvenida a la noche.

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